Objetivos
El hombre de hoy cree que lo sabe todo y que nadie hay por encima de él, pero no es así. Dios conoce el pasado, el presente y el futuro. Dios conoce las obras de los hombres y también su corazón, sus deseos, sus intenciones, sus juicios. Debemos acercarnos a Dios con confianza, pues nos conoce mejor que nadie.
Reflexión
Imaginad que os han pedido en el colegio que hagáis un trabajo sobre “los planetas y su movimiento”. ¿Qué hacéis? […] Lo primero, buscar información sobre el tema. ¿Dónde? […] en la biblioteca, en los libros del colegio, en Internet, preguntando a personas que han estudiado sobre este tema,… Una vez recogida toda la documentación necesaria, seleccionamos los puntos más importantes para desarrollar nuestro trabajo, lo redactamos y entregamos. Hemos obtenido cierto conocimiento, pero seguro que ese conocimiento se puede ampliar. Imaginad que a final de curso, el profesor nos pregunta sobre aquél trabajo que hicimos a principio del curso y cuál es nuestra sorpresa que ya no nos acordamos.
Os preguntaréis que tiene que ver esto con Dios. Si le hubieran pedido a Dios un trabajo sobre “los planetas y su movimiento”, ¿qué habría pasado?
- No habría tenido que acudir a buscar información a ningún sitio. Porque Él, que ha creado el universo, lo sabe todo.
- No necesitaría tiempo para comprender la información, porque lo sabe todo.
- Su trabajo sería el mejor de todos, porque no tiene que ampliar su conocimiento. Dios es más listo que el sabio más sabio de toda la tierra. “La necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres” (1 Co 1, 25)
- No pierde la memoria como nosotros, que con tanta facilidad olvidamos lo que estudiamos.
Dios lo sabe todo. “Él cuenta el número de estrellas y llama a cada una por su nombre; grande es nuestro Señor y de gran fuerza, no tiene medida su saber” (Sal 147,4-5). Bendito sea el Nombre de Dios por los siglos de los siglos, pues suyos son la sabiduría y el poder. Él hace alternar años y estaciones, destrona y entroniza a los reyes, da sabiduría a los sabios y ciencia a los expertos. Él revela honduras y secretos, conoce lo que ocultan las tinieblas, y la luz le acompaña. (Dn 2,20-22).
¿Qué cosas creéis que sabe Dios? […]
- todo lo referente a la creación del cielo, de los animales, de las plantas,
- el nombre de todas las ciudades y pueblos de la tierra,
- cómo nace un niño, cómo funciona el aparato respiratorio, el digestivo, el corazón,
- cómo vuela un avión, cómo funciona el móvil,
- los nombres de todas las personas de la tierra, su situación social, económica,
- …
Todas estas cosas hacen referencia al presente. ¿Creéis que Dios conoce el pasado?[…] Por ejemplo, conoce a nuestros antepasados. ¿Creéis que Dios conoce el futuro? […] Dios conoce todas las cosas de todos los tiempos a la vez, pasado, presente y futuro, porque todo es presente para Dios.
Dios también conoce:
- nuestros deseos, nuestros gustos (si nos gusta jugar a baloncesto, o ver la tele – y no debiéramos verla – ,…)
- nuestras intenciones, nuestros juicios a los demás (si hablamos bien o mal de nuestros compañeros de colegio…)
- nuestras alegrías y tristezas
- ….
Dios conoce lo que hacemos bien y lo que hacemos mal. No tenemos que ocultarle nada a Dios. “Ay de los que se esconden del Señor para ocultar sus planes, y ejecutan sus obras en las tinieblas, y dicen: ‘¿Quién nos ve, quién nos conoce?’ ¡Qué error el vuestro!” (Is 29,15-16). Dios nos conoce y lo mejor es decirle todo lo que nos pasa con confianza.
María Rosa Orcal